EDGARDO MALASPINA Y LA HISTORIA
CRONISTA OFICIAL DE LAS MERCEDES DEL LLANO.
viernes, 19 de abril de 2024
viernes, 10 de noviembre de 2023
sábado, 14 de octubre de 2023
JUAN DE ESQUIVEL Y EL NOMBRE DEL ESEQUIBO
HASTA
EL NOMBRE “ESEQUIBO” PROVIENE DEL ESPAÑOL.
(A
Venezuela la asisten razones filológicas, históricas y legales)
Edgardo
Rafael Malaspina Guerra
[Juan de Esquivel]
1
Nietzsche en su libro “Genealogía de
la moral” (1887) propone un método para indagar el origen y pertinencia de
cualquier materia : recurrir a la Filología para reconstruir el sentido
primigenio de las cosas. Esas deducciones filológicas servirían para establecer
derechos en una sucesión histórica, por ejemplo. Las palabras dilucidan
cualquier disputa. Ejemplo: ¿De donde es originaria la arepa? El académico
Alexis Márquez Rodríguez afirma que el vocablo es de origen cumanagoto, tribu
asentada principalmente en Cumaná; ergo , Venezuela tiene la primera opción de
ser la cuna de la arepa.
2
Nietzsche cuando analiza el origen de
la moral a través de las palabras “bueno” y “malo”, llega a la conclusión de
que la misma la inventaron los débiles: los cristianos la usaron para luchar
contra el Impero Romano: Ustedes, nuestros perseguidores , tienen todo en este
mundo, pero nosotros tenemos ganado el Cielo. Más vernáculo: Tú eres rico y
poderoso , yo soy pobre, pero honrado.
3
El
historiador y periodista inglés Edward Carr(1892-1982) amplió la idea nitzschetiana
en su libro ¿Qué es la Historia? (1961): sabremos de la tendencia de un escrito
si tenemos en cuenta el mundo subjetivo del autor, su ideología, gustos y
desempeño laboral, entre otras variables. Ejemplo: En El Padre Nuestro, que
aparece por primera vez en el Evangelio de Mateo, hay una párrafo que decía: “Y perdónanos
nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores” . Esto
fue cambiado por: “Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a
los que nos ofenden”. ¿Cuál de estás versiones es la real? La primera, por
supuesto, porque Mateo era recaudador de impuestos. Pero la segunda versión va
más con los postulados cristianos de sumisión, humildad y rechazo a todo lo
material.
4
Ahora
al grano. Juan de Esquivel (1470-1513) fue un conquistador español que llegó al
Nuevo Mundo en el segundo viaje de Colón (1493), y participó en varias
expediciones. En 1498 Juan de Esquivel recorrió por primera vez un río (en un
recorrido por el Orinoco) que Alonso de Ojeda en 1499 denominó “Esquivel” en
honor a su descubridor. Las orillas del rio Esquivel fueron colonizadas por los
españoles. Con el tiempo, las palabras cambian o evolucionan: el uso del
vocablo “Esquivel”, por parte de españoles e indígenas, derivó en “Esquibel”
para más tarde transformarse en “Esequibo”.
5
La
Filología (Esquivel = Esequibo), la Historia (primeros
asentamientos españoles a orillas del Esequibo y las leyes (Uti possidetis
iuris) no dejan dudas sobre el derecho de Venezuela sobre la región en disputa.
martes, 3 de octubre de 2023
lunes, 2 de octubre de 2023
LA CUESTIÓN ESEQUIBO: MEMORIA Y SOBERANÍA
LA CUESTIÓN ESEQUIBO: MEMORIA Y SOBERANÍA
ERMG
1
El libro “La cuestión Esequibo: Memoria y soberanía”
(2016) recoge los ensayos de varios autores ( Claudio Monzón, Luis Buttó, Luis Barragán, José
Olivar, y otros) que explican detalladamente las razones históricas y
geográficas que asisten a Venezuela e n el litigio sobre el Esequibo.
2
Desde los tiempos de Simón Bolívar, quien hizo
reclamos en 1822 ante el Reino Unido con la participación de Andrés Bello,
Venezuela ha mantenido una posición firme con respecto a este problema
limítrofe. Esa posición sólo se ha visto debilitada con el gobierno
chavomadurista, que se dice bolivariano y con esa actitud entreguista ofende la
memoria del Libertador.
El Libertador propuso el principio del Uti possidetis
iuris para establecer las fronteras de los países independizados de España.
José Antonio Páez se opuso a las apetencias
territoriales de Inglaterra.
3
Guzmán Blanco defendió el Esequibo e invocó la
Doctrina Monroe para frenar las ambiciones de Inglaterra , pero en esa
defensa, involucró sus interés
personales.
4
Rómulo Betancourt ordenó una investigación histórica
exhaustiva sobre el problema, la cual reflejó en su libro “Venezuela, política
y petróleo”.
5
Raúl Leoni hizo preparativos para apoyar militarmente
a un grupo de rebeldes separatistas guyaneses que afirmaban sentirse
venezolanos (Rebelión de Rupununi). Rafael Caldera que asumía la presidencia
(1969) no quiso apoyarlos. Le tembló la voz y el pulso.
6
Hugo Chávez en el 2004 dijo en Georgetown : “El
gobierno venezolano no será un obstáculo para cualquier proyecto a ser
conducido en el Esequibo, y cuyo propósito sea beneficiar a los habitantes del
área”. De allí en adelantes el gobierno de Guyana solía manifestar que en el
Esequibo no había ningún problema porque la solidaridad socialista está por
encima de esas pequeñeces. Y el gobierno guyanés se metió con todo los hierros
en el territorio en reclamación como Pedro por su casa.
7
Chávez también decía: La controversia con Guyana es el
legado del colonialismo”. Guyana ha utilizado esa frase para argumentar el
abandonó de Venezuela de la causa por el Esequibo. Maduró repetía esa misma
frase y le agregaba : “Ese es un problema que creó el imperialismo junto a los
adecos para atacar a Guyana”.
8
Maduro cuando fue canciller de la Republica habló de resolver
lo referente a la plataforma submarina sin resolver lo del reclamo territorial.
Según los ensayistas eso es un absurdo. Ahora, claro, dice todo lo contrario.
También afirman los eruditos que Maduro confunde las palabras “laudo” y
“tratado”.
9
La Academia Nacional de la Historia se ha dirigido a
la administraciones tanto de Chávez
como de Maduro para ofrecerles apoyo institucional con documentación histórica
y geográfica; pero esta prestigiosa corporación académica no ha sido tomada en
cuenta. Prefieren aconsejarse con Escarrá y su referendo surrealista . “El talento sin
probidad es un azote” (Simón Bolívar).
10
Políticos e intelectuales también han ofrecido sus
servicios, ideas y argumentos a favor de la causa venezolana, pero el
chavomadurismo no se quita los lentes ideológicos.
11
Los cubanos siempre han apoyado a Guyana, secreta y
abiertamente. “Así paga el diablo a quien bien le sirve”.
12
Los países de Petrocaribe que se han beneficiado de
los hidrocarburos venezolanos apoyan a Guyana o callan.
“La ingratitud es el crimen
más grande que los hombres pueden atreverse a cometer”. (Simón Bolívar.)
El chavismo jamás ha entendido, parafraseando a un
presidente norteamericano, “que los países
no tiene amistades permanentes, sino intereses permanentes”.
Fuente:
Olivar Pérez, J. A.; Monzón Claudio; Buttó Luis (2016).
La cuestión Esequibo. Memoria y Soberanía. Caracas, Venezuela: Universidad
Metropolitana.
sábado, 25 de marzo de 2023
jueves, 16 de marzo de 2023
CONSTANTINOPLA. EL IMPERIO OLVIDADO. 1970
CONSTANTINOPLA.
EL IMPERIO OLVIDADO (1970).
Edgardo
Rafael Malaspina Guerra
Con
este libro maravilloso “Constantinopla. El imperio olvidado” (1970), Isaac
Asimov (1920-1992) nos relata la historia de la fundación de Bizancio, su
transformación en Constantinopla hasta su caída y conversión en Estambul. Intrigas
palaciegas, guerras, disputas teológicas, curiosidades , miserias y grandezas
de la condición humana, todo está aquí en esta obra. Gran parte de la Historia
Universal está concentrada en esta ciudad que cambió de nombres varias veces
pero que jamás cambió la esencia de su surgimiento, resumida en la pasión por
la ciencia, el arte, la religión y la cultura en general.
1
GRANDES
APORTES DE BIZANCIO.
Bizancio
transmitió al Occidente tanto el derecho romano como la sabiduría griega. Le
legó arte, arquitectura y costumbres; dio al Occidente grandes abstracciones
(como la noción de monarquía absoluta) y pequeños útiles, como los tenedores.
Es más, legó todo esto, y también la religión, a Europa Oriental, y en
particular a Rusia.
2
TROYA.
La
antigua ciudad de Troya estaba situada en Asia Menor sobre la entrada del
Helesponto. Los comerciantes que viajaban hacia y desde el mar Negro tenían que
pagar un portazgo en Troya o no podían pasar, y la ciudad se enriqueció de ese
modo. El famoso sitio de Troya fue probablemente un intento por parte de los
griegos de destruir aquel intermediario y ampliar sus rutas comerciales.
3
FUNDACIÓN.
Calcedonia
era la ciudad de los ciegos a la que se había referido el oráculo de Delfos. Y
por lo tanto Byzas fundó su ciudad frente a ella tal cómo había ordenado el
oráculo. Le puso Bizantion, un nombre derivado del suyo propio, pero la
conocemos más, por la denominación latina que, con el tiempo, le dieron los
romanos: Bizancio.
4
PARTE
DE GRECIA.
En
el 456 a. C., Bizancio fue una de las ciudades que rompió con la laxa liga que
se había formado bajo la dirección ateniense. Atenas reconoció la independencia
de Bizancio al año siguiente, y por primera vez en más de un siglo y medio la
ciudad de los estrechos fue verdaderamente libre.
5
CONSTANTINO.
Constantino
era ya el soberano único de todo el Imperio Romano, y Bizancio capituló ante
él. Pero esta vez no fue destruida la ciudad. ¡Más bien lo contrario!
Constantino abrigaba ciertas ideas, y una increíble transformación esperaba a
Bizancio.
Pensó
románticamente durante algún tiempo en Troya, la ciudad que los griegos hablan
destruido quince siglos antes y que Hornero había venerado en el poema épico
más famoso de todos los tiempos, La Ilíada. Para los antiguos, la obra de
Hornero era la más cercana a un libro sagrado, y los propios romanos remontaban
su ascendencia (según una leyenda completamente ficticia) a un héroe troyano de
aquella antigua guerra.
6
EL
ENCANTO DE CONSTANTINOPLA.
El
talento artístico en el imperio había decaído hacía mucho tiempo, pero es
probable que tampoco fuera Constancio especialmente aficionado a la creación.
Quiso que su ciudad tuviera el encanto de lo viejo y se apropió de estatuas y
cuadros de otros lugares, robando lo mejor del imperio para poder embellecer su
capital. Incluso hizo traer estatuas desde Atenas, hechas en su edad dorada de
siete siglos antes. Los teatros, los baños, las iglesias, los embalses, los
graneros, las nuevas casas de la aristocracia: todo fue construido a base de
trabajo forzado.
7
RECONSTRUCCIÓN
DE LA CIUDAD.
El
11 de mayo del año 330 se dio el toque final a la reconstruida capital. En el
foro estaba situada una columna, y en su cima fue izada una estatua de Apolo,
el dios del sol. Naturalmente, Constantino no podía usar un dios pagano para sus
propósitos, pero evitó el problema quitando la cabeza de Apolo y sustituyéndola
por la suya.
8
DE
BIZANCIO A CONSTANTINOPLA.
Novecientos
ochenta y siete años después de su fundación, a sólo trece años de cumplir el
milenio, Bizancio dejó de existir. En su lugar había una ciudad llamada la
“Nueva Roma que es la ciudad de Constantino”. Fue oficialmente Nueva Roma
durante más de mil años, pero todo el mundo la conocía como la Ciudad de
Constantino; en griego “Konstantinou polis”, en latín “Constantinópolis”, y
para nosotros “Constantinopla”. Con este nombre, el destino del viejo Bizancio
fue ser la ciudad más famosa de sus tiempos, la mayor, la más rica y la más
culta.
9
LA
NOCIÓN “DEL PONTÍFICE O PAPA”.
De
un modo más práctico, el emperador romano, durante la época pagana, había sido
el “Pontifex Maximus”, la cabeza de la religión oficial del Estado. Constantino
daba por sentado que este cargo adquiriría el mismo significado, pudiendo pasar
él a ser la cabeza de la Iglesia cristiana.
10
JUSTINIANO
PIENSA HUIR Y SU ESPOSA, TEODORA, LO DETIENE:
Se
podía haber hecho así, y la carrera de Justiniano seguramente habría llegado a
su fin. Sin embargo, en este momento se levantó Teodora. Serenamente anunció
que Justiniano era completamente libre para huir. “Ahí están tus naves”, dijo
con marcado desprecio. Por su parte, ella no tenía intención de marcharse. Ser
gobernante significaba correr el riesgo de la rebelión y la muerte: en esto
consistía el juego, y pensaba hacerle frente. Era mejor morir siendo una
emperatriz que vivir como una refugiada. Dijo: “Por lo que a mí concierne, me
adhiero a la máxima de los tiempos antiguos de que el trono es un glorioso sepulcro”.
11
LOS
MOSAICOS.
Bajo
Justiniano, los bizantinos desarrollaron un arte peculiar. El aspecto más
característico era el mosaico, que se componía de pequeños trocitos de vidrio
de colores brillantes, o de un vidrio transparente sobre hojas de oro,
ordenados para formar escenas de la Biblia, retratos de Jesús o del emperador.
En
sí mismos, y en especial para gentes acostumbrada a la pintura normal, puede
parecer que los mosaicos son una manera muy tosca de representar la figura
humana y que los resultados parecen más bien caricaturas. Sin embargo, esto no
tiene en cuenta su tratamiento de la luz. El brillo y resplandor del vidrio
refleja el rielar del color que da a los objetos representados una especie de
luminosidad que parece salir desde adentro. Dentro de una iglesia, los mosaicos
cobraban vida con una iluminación casi extramundana que impresionaba
intensamente.
12
SANTA
SOFÍA
(“Hagia
Sofia significa la «Sabiduría Santa», que era una manifestación de Dios. Por
consiguiente, es a Dios a quien está dedicada la ciudad. Se suele traducir la
frase por «Santa Sofia», dando así la impresión de que está dedicada a alguna
mujer canonizada. La llamaré Hagia Sofia para evitar esta impresión”. -Asimov)
Las
iglesias constituyeron la otra gran contribución artística de los bizantinos:
la arquitectura. Alrededor del 480, los arquitectos de Asia Menor habían
perfeccionado un sistema de colocar una cúpula hemisférica sobre un soporte cuadrado,
de tal manera que la parte inferior de la cúpula podía ser perforada por muchas
ventanas sin sacrificar su estabilidad. Se podían hacer cúpulas inmensas sin
peligro de derrumbamiento. Este nuevo tipo de construcción tuvo la oportunidad
de alcanzar casi la perfección después de la destrucción de Constantinopla. La
Insurrección Nika había destruido totalmente la iglesia de Hagia Sofia , el
edificio religioso más importante de Constantinopla, y Justiniano se dedicó a
reconstruirla con gran magnificencia.
Se
limpiaron las ruinas, se delimitó una zona más amplia, y durante seis años diez
mil hombres trabajaron duramente para construir la que estaba destinada a ser
la casa de Dios más hermosa de toda la historia. Se tallaron columnas de
hermosas piedras, entre ellas un feldespato de color rojo-púrpura llamado pórfido
y un mármol verde veteado llamado mármol serpentino. Los muros eran de mármol
pulido de varios colores, y había mosaicos por doquier. Sólo los soportes de
hoja de oro de los mosaicos cubrían una zona de cuatro acres.
Pero
lo más magnífico de todo era la cúpula. Estaba tan inteligentemente diseñada,
tan hábilmente perforada con ventanas, que todo el interior de la iglesia, 108
pies transversalmente y 180 pies de altura, estaba bañado por la luz del sol
que cubría los mosaicos llenando la iglesia de belleza. La enorme cúpula parecía
no tener ningún sostén, sino que estuviera suspendida de los cielos (cuando la
dañó un terremoto veinte años después, la volvieron a construir todavía mayor).
Nunca
durante su larga historia intentó el Imperio Bizantino algo más grande ni
espléndido que la Hagia Sofia de Justiniano. Era el producto por excelencia del
arte bizantino, y sigue existiendo hoy, catorce siglos más tarde para que los
hombres puedan maravillarse ante ella (aunque debido a las vicisitudes de la
historia, ya no es una iglesia).
En
el 537, la nueva Hagia Sofia ya estaba terminada, y en su consagración
Justiniano, incapaz de dominar su alegría, gritó: “¡Salomón, te he superado!”.
Cuando se consideran los recursos comparativos del imperio de Justiniano y el
reino de Salomón, no cabe duda de que Justiniano tenía toda la razón. Para festejar
su consagración, Justiniano celebró un banquete para el pueblo que, según
relatos posteriores, supuso la matanza de más de diez mil ovejas, bueyes,
cerdos, aves y ciervos.
13
EL
ORIGEN DE LAS PALABRAS “OGRO” y
“HUNGARO”
Tributario
de los kazaros era un grupo de tribus denominadas On-Ogurs (que significa “diez
flechas”). La palabra se convirtió en Ugrianos para los pueblos fronterizos y,
mediante una deformación ulterior, en Húngaros. Algunas de las tribus ugrianas
se llamaban a sí mismas magiares en su idioma, y se las conoce más por este
nombre, al menos durante su historia primitiva.
Más
de medio siglo después, las tribus ugrias se lanzaron despiadadamente sobre
Germania y redujeron a los germánicos a tal estado de pánico, que se cree que
la palabra “ogro”, que denomina a un monstruo antropófago, tuvo su origen en el
nombre de estos invasores.
14
CONTROVERSIA
FILOQUE.
La
Iglesia oriental sostenía que el Espíritu Santo procedía del Padre, y su juicio
se basaba en las pruebas de la Escritura. La Iglesia occidental, deseosa de
aumentar la simetría y la belleza del concepto de la Trinidad, sostenía que
procedía tanto del Padre como del Hijo. En latín, la palabra adicional que significa
que procedía también del Hijo era “filioque”. La disputa que inició Focio fue
la denuncia de esta palabra añadida, y por eso se la conoce como la
Controversia Filioque.
Ninguna
de las dos partes estaba dispuesta a llegar a un compromiso sobre la cuestión y
de ahí vino un problema más que separó a Oriente de Occidente. De hecho, nunca
se ha resuelto la Controversia Filioque; sigue siendo un punto de disputa
todavía en nuestros días.
15
ORIGEN
DEL ALFABETO CIRÍLICO.
Pero
en esta época el cristianismo se había dividido prácticamente en dos religiones
rivales, una encabezada por el papa en Roma y la otra por el patriarca de
Constantinopla. Cada cual estaba ansioso por convertir a los paganos en competencia
con su rival, puesto que cada cual aumentaría su poder si un grupo determinado
de tribus rezaba en latín en lugar de hacerlo en griego (o al contrarío), y
reconocía la supremacía del papa (o la del patriarca).
En
cuanto a los bárbaros, tenían que ver qué rama de la Iglesia era menos
peligrosa para su seguridad. Así los eslavos moravos que habitaban lo que hoy
llamamos Checoslovaquia, consideraban a los germanos sus enemigos principales,
y al Imperio Bizantino un posible aliado contra ellos. Por ello, pidieron al emperador
que les enviara misioneros que les preparasen para ingresar en la Iglesia
oriental.
En
el 862, se envió a dos griegos, Cirilo y Metodio a
convertir a los moravos. Emprendieron su labor con gran
entusiasmo, inventando un alfabeto para emplearlo en los idiomas eslavos.
Todavía hoy se emplea el alfabeto cirílico en ciertas naciones eslavas.
La
Iglesia occidental se opuso enérgicamente a esta actividad de los misioneros
griegos más allá de la línea que se consideraba como la separación entre
Oriente y Occidente. El papa intentó con éxito invalidar la maniobra
patrocinando él mismo a los misioneros. Cirilo y Metodio fueron llamados a Roma
un par de veces, y el papa permitió que los eslavos usaran su idioma nativo, en
lugar del latín, en la liturgia.
[Cirilo
y Metodio. Moscú. Fotografía :NM]
16
UNA
PRUEBA CURIOSA.
El
sucesor de Juan, Teodoro II, derrotó incluso a los búlgaros en 1255, y quedó
claro que Nicea era la verdadera heredera del Imperio Bizantino. En 1258, sin
embargo, murió Teodoro y su hijo de ocho años ascendió al trono con el nombre
de Juan IV. Lo conseguido por Nicea podía haberse perdido entonces si no llega
a ser porque Teodoro tenía un primo segundo, Miguel Paleólogo. Miguel era un
hombre inteligente, enérgico y sin ningún escrúpulo. Una vez que se consideró
dudosa su fidelidad, se decidió someterle a una prueba. Tenía que llevar una
bola candente tres veces desde el altar de una iglesia hasta la barandilla del
santuario; si era inocente, la mano no se le quemaría. Miguel dio su aprobación
a la prueba con tal de que el patriarca (que, debido a su inocencia, no podía
temer nada) le entregara la bola candente. E1 patriarca decidió que la prueba
no era necesaria y que Miguel era inocente.
17
CAÍDA
DE CONSTANTINOPLA Y SURGIMIENTO DE ESTAMBUL.
Constantino
XI, en una situación desesperada, intentó una vez más en 1452 reconocer la
supremacía papal; pero incluso al borde del abismo, su pueblo demostró que no
estaba dispuesto a seguirle. Un alto funcionario bizantino expresó este
sentimiento con la famosa frase: “Mejor el turbante del turco que la tiara
del papa”. No era simplemente locura. Con los turcos, los bizantinos
serían libres para practicar su propia versión del cristianismo; con el papa no.
Así
que el 3 de abril de 1453 comenzó el sitio de Constantinopla. La arruinada
ciudad ya no contaba con un millón de habitantes. Amontonada dentro de sus
desmoronadas murallas, había una población de30.000 personas, y no más; de
éstas, sólo se podía contar con 5.000 para la defensa. Había 3.000 aliados occidentales
más, los más eficaces de los cuales eran los genoveses, dirigidos por Giovanni
Giustiniana.
Por
extraño que parezca, su nombre era la versión italiana de Justiniano, una
especie de triste recordatorio del gran emperador que había gobernado el
imperio en su apogeo, nueve siglos antes. Contra los defensores, los turcos
llevaron una fuerza de 80.000 a 100.000 hombres.
Aun
con esta desigualdad de efectivos, el pueblo de Constantinopla todavía podía
contar con sus maravillosas murallas, que habían resistido todos los intentos
de ruptura por la fuerza (pero no por la traición, y en connivencia con quintas
columnas situadas dentro de la ciudad) a lo largo de once siglos.
Pero
había aparecido algo nuevo en el mundo, y los días de los muros inexpugnables
ya habían pasado. Doscientos años antes, había llegado al Occidente desde
China, traído tal vez por los mongoles. Se había perfeccionado ya una técnica
mediante la cual se empleaba la explosión de la pólvora para hacer salir
gigantescos proyectiles de largos tubos metálicos a gran velocidad. Mohammed
disponía del mejor cañón de este tipo que Europa había visto nunca. Comenzó a
bombardear las murallas, utilizando balas de piedra que pesaban 1200 libras.
Ante ellas hasta los muros más fuertes se agrietarían, desconcharían y derrumbarían.
Los
defensores lucharon a la desesperada, con un valor digno de los mejores días
del imperio. Luchaban durante el día y se reponían por la noche. El 18 de
abril, rechazaron un asalto frontal de los turcos. Luego, el 22 de abril, el
obstinado Mohammed hizo que arrastrasen sus naves a través de una estrecha
lengua de tierra situada entre el mar y el Cuerno Dorado, y cuando los
habitantes de Constantinopla se despertaron, descubrieron que estaban siendo
bombardeados por los dos lados y que se encontraban aislados de cualquier
posible salvación o abastecimiento por mar. Pero no se rindieron: esperaban un
milagro que salvaría a su ciudad, tal como había ocurrido, una y otra vez en el
pasado.
El
bombardeo continuó, y el 29 de mayo Giustiniana fue herido en la mano.
Aterrorizado, se retiró de la batalla, y sus genoveses con él, pese a las
fervorosas súplicas de Constantino. El 29 de mayo de 1453, Mohammed ordenó un
último asalto. Cayeron las murallas, y los turcos entraron en tropel.
Constantino XI se despojó de su insignia imperial, tomó las armas y se metió
entre la masa de combatientes más próxima. Cayó y nunca se encontró su cadáver.
De este modo murió el último emperador romano de una línea ininterrumpida que
se remontaba a Augusto, casi quince siglos antes, y a la fundación de la ciudad
de Roma, veintidós siglos antes. Así cayó Constantinopla, con su undécimo
Constantino, más de once siglos después de su fundación por el primero. Y
si la ciudad había sufrido más de dos siglos de degradación, recuperó el valor
y el ánimo para morir de la manera apropiada para una capital imperial que
había conocido la gloria.
El
saqueo de la ciudad no fue, ni mucho menos, tan grave como el realizado en 1204
por sus
conquistadores
cristianos (también es cierto que había menos que destruir); pero los nobles
que habían preferido el turbante en lugar de la tiara fueron asesinados por
órdenes del turbante. Los gloriosos mosaicos y ornamentos de
Hagia Sofía fueron blanqueados para que los piadosos ojos de los turcos no tuvieran
que mirar los objetos idolátricos. Le añadieron minaretes y Hagia Sofía se
convirtió en una mezquita (en el siglo XX la república turca que ya no es
fanáticamente islámica, quitó la cal para provecho de todo el mundo). Se cambió
el propio nombre de la ciudad. Se la llamó Estambul (nombre que sigue conservando
en la actualidad) no se sabe si como una forma distorsionada de Constantinopla
o porque es una forma de la frase griega que significaba “a la ciudad”.
18
SI
CONSTANTINOPLA FUE LA SEGUNDA ROMA, MOSCÚ ES LA TERCERA ROMA.
El
fantasma occidental del Imperio Romano había existido siempre, desde sus
comienzos con Carlomagno, con independencia del Imperio de Constantinopla. El
propio Imperio Bizantino, que se vio reducido a ser un fantasma durante sus
siglos finales, dejó realmente una sombra de sí mismo: el fantasma de un
fantasma. Ocurrió del siguiente modo.
Constantino
XI, el último de los emperadores bizantinos, tenía un hermano más joven, Tomás,
que tenía una hija llamada Zoe. En 1472 se casó con el Gran Duque Iván III de
Moscovia, que era el señor de una gran extensión de tierra selvática en el
sombrío este de Europa, que rodeaba la ciudad de madera de Moscú.
Moscovia
acababa de librarse del tétrico dominio de los mongoles y constituía una rama
independiente del cristianismo oriental. Iván III asumió el título de zar
(césar) y se consideró heredero de las tradiciones de Roma y Constantinopla. De
hecho, su hijo, Basilio III, podía considerarse, por su madre, como miembro del
linaje real de los Paleólogos, así como su hijo, el célebre Iván IV “El Terrible.
[Iván
El Terrible. Galería Tretiakov. Fotografía: NM]
El
último zar que pudo remontar su ascendencia hasta los emperadores del Cuerno
Dorado fue Teodoro II, que gobernó brevemente en 1605. Aunque carecían de
abolengo, los sucesivos soberanos del Imperio Ruso (en el cual se había
desarrollado Moscovia), mantuvieron, sin embargo, la ficción de ser los herederos
de Constantinopla. Entre los rusos se extendió una frase, según la cual
la Primera Roma había caído, y también la Segunda (Constantinopla), pero la
Tercera Roma (Moscú) no caería nunca.
Durante
la época de los zares rusos siguió habiendo una especie de anhelo de
Constantinopla, aunque hasta el reinado de Pedro I “el Grande” no tuvieron fuerza
suficiente para enfrentarse con los turcos. En 1696, cuando la oleada otomana
comenzó a retroceder, los rusos tomaron Azov, situada en el trecho más al norte
del mar Negro.
[Pedro
El Grande. Kolómenskoe. Moscú. Fotografía: NM]
19
RUSIA
Y CONSTANTINOPLA.
Cuando
estalló la Primera Guerra Mundial en 1914, Rusia y el Imperio Otomano se
encontraron de nuevo en bandos opuestos. Rusia luchaba junto con Gran Bretaña y
Francia; Turquía, en alianza con Alemania y Austria-Hungría. Por fin, los rusos
estaban seguros de adueñarse de Constantinopla; los gobiernos inglés y francés
se la habían prometido en caso de victoria. Y, claro está, los británicos y los
franceses vencieron en 1918. Pero cuando llegó la victoria, no había nadie para
hacerse cargo de Constantinopla. Un año antes, en 1917, una revolución había
barrido al último de los zares rusos, Nicolás II, y el fantasma de un fantasma
se había esfumado. Constantinopla, no, Estambul. siguió siendo turca.