LA PRIMERA TAZA DE CAFÉ

 

 

EN EL DÍA MUNDIAL DEL CAFÉ (PRIMERO DE OCTUBRE)

LA PRIMERA TAZA DE CAFÉ EN CARACAS

ERMG

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El médico, historiador y periodista Arístides Rojas (1826-1894), en su interesante libro “Leyendas históricas de Venezuela” (1890) nos trae una hermosa crónica sobre la primera taza de café que se sirvió en Caracas. Para este  acontecimiento único se realizó  una reunión muy festiva con detalles exquisitos, decoración de lujo, música clásica, bailes y emotivos discursos, cuyo centro de elogios era la taza de café.

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El arbusto del café es  oriundo de Abisinia, fue traído de París a Guadalupe, de allí pasó  a Cayena, y de la Guayana francesa llegó a Venezuela en 1725. Ya en 1730 se veía arbusto de café  a orillas del Orinoco. Creció en tierras de Apure y Guárico.

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En el valle de Caracas el café apareció en 1783 en  las estancias de Chacao, llamadas “Blandín,” “San Felipe” y “La Floresta,” que pertenecieron a Bartolomé Blandín y a los presbíteros Sojo y Mohedano.  Estos personajes , al cosechar los primeros granos de café, decidieron celebrarlo por todo lo alto en la propiedad de Blandín en 1876.

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Bajo la sombra de unos árboles se colocó una mesa  “en la cual sobresalían tres arbustos de café artísticamente colocados en floreros de porcelana”.  Las bandejas y platos eran de Japón y de China, “llenos de confituras, y de salvillas de plata con preciosas tacitas de China”.

 Una orquesta amenizaba la velada con piezas de  Mozart y de Beethoven.

Antes de sentarse a la mesa, los invitados hicieron un paseo por los cafetales “cargados de frutos rojos”.

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“Por todas partes sobresalían ricos muebles dorados o de caoba, forrados de damasco encarnado, espejos venecianos, cortinas de seda, y cuanto era del gusto de aquellos días, en los cuales el dorado y la seda tenían que sobresalir”.

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Al servir la primera taza  café, los invitados percibieron la fragancia de la infusión que se “derramó por el poético recinto”.  Un largo y entusiasta aplauso se escuchó. El padre Mohedano fue el primero en probar una taza de café en Caracas. Pero antes de hacer la degustación dijo: “Bendiga Dios al hombre de los campos, sostenido por la constancia y por la fe. Bendiga Dios, el fruto fecundo, don de la sabia Naturaleza a los hombres de buena voluntad”.

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Tomar  café es un acto ritual que prefiero hacerlo en taza de porcelana con un vaso de agua. Así lo hacía servir mi padre en su restaurante “El hijo de la media noche”, allá en Las Mercedes del Llano. Así lo servían en Sábana Grande. De este modo podemos cumplir con un anuncio que una vez vi en la entrada de un cafetín: “Diluye tus problemas en una taza de café”.