CRONISTA OFICIAL DE LAS MERCEDES DEL LLANO.

CRONISTA OFICIAL DE LAS MERCEDES DEL LLANO.
LAS MERCEDES

viernes, 5 de julio de 2024

EDGARDO Y SU HIJA MARÍA ANTE LA GRAN ESFINGE. EGIPTO 2024.

 

14

LA GRAN ESFINGE

 

 


 

La Gran Esfinge solamente la veremos desde cierta distancia; sin embargo, la podremos apreciar en su totalidad, eso nos dice el guía.

 

 

 


 

 

El gigantesco monumento fue construido en el siglo XXVI antes de Cristo, durante la dinastía IV de Egipto.

Los habitantes del lugar la consideraban un dios que les protegía como un guardián; pero otros la veían como un genio del mal que infundía miedo.

La Esfinge es una roca a la que se le dio cuerpo de león y un rostro humano. Escultores tallaron la piedra hasta darle la forma impresionante que tiene con sus veinte metros de altura y sus más de setenta metros de largo, cuya proyección se dirige hacia la pirámide de Kefrén, por lo que se supone que su cara es la de este faraón.

 


La Esfinge es un león con su cola tendida hacia la derecha y era de colores en sus orígenes.

 


La Esfinge fue objeto de veneración con su respectivo templo para las ofrendas y la oración.

 


Se le relaciona con el dios Horus. Su poder se reflejaba en la agricultura:  protegía las siembras y auguraba las cosechas abundantes.

 

 

La Esfinge fue desfigurada por un sultán (le arrancó la nariz de más de un metro de ancho)  porque el islamismo prohíbe la iconodulía (veneración de imágenes). La Esfinge se protegió cubriéndose de arena. Esa leyenda explicaría por qué se mantuvo por mucho tiempo bajo el manto del desierto.

—No fue Napoleón ni sus soldados los que desfiguraron La Gran Esfinge. Por mucho tiempo circuló esa versión, nos explica el guía. Y es claro: Napoleón es el fundador de la Egiptología—nos dice el guía. Y remata—: Tutmosis IV soñó con La Esfinge. El monumento le vaticinó su reinado como faraón,  aunque no le correspondía legalmente. Tutmosis le quitó la arena que la cubría en señal de agradecimiento. Como dice Zahi Hawass: “La Esfinge no sólo pertenece a Egipto, sino a todo el mundo”,

0-0-0



 

En alguna parte se acercan los vendedores ambulantes para proponernos sus trabajos artesanales.

 

 

 

Empiezan pidiendo una suma de dinero cualquiera, y luego del regateo rebajan el precio hasta niveles aceptables. María adquiere este botín de recuerdos egipcios. Entre las piezas está una de La Esfinge, la cual ahora adorna mi gabinete.

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario