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EL
INSTITUTO DEL PAPIRO
1
En
el Instituto del papiro de El Cairo hay gente para todos los gustos e idiomas
para explicar lo relacionado con los
papiros desde su cultivo, cosecha y producción de las hojas que sirvieron de
material para la escritura y el arte en general. Pero el Instituto no sólo
tiene en sus exposiciones papiros, también hay una gran variedad de piezas artísticas
de la cultura egipcia, souvenirs y
artesanía en general.
2
Un
libro en la Antigüedad era un rollo de papiro, y se consideraba publicado
cuando se hacía su lectura en un sitio público. Las copias las hacían los
escribanos. Un libro podía tener hasta cuarenta metros de papiro enrollado.
3
Una
guía nos explica la fabricación de un papiro: en un enrejado de madera se
colocan los juncos del papiro, previamente remojados, para someterlos bajo una
prensa por varios días, luego de los cuales se obtiene una hoja fuerte, lista
para trazar jeroglifos o hacer dibujos.
4
[Moisés]
Las
paredes del Instituto están cubiertas con papiros de todos los tamaños, colores
y motivos. Las ilustraciones tratan cualquier tema religioso, cristiano o
musulmán.
5
Luego
de la demostración de la fabricación del papiro, la guía nos muestras unos
ejemplares que se ven de distintas
maneras en dependencia del reflejo de la luz o en la oscuridad.
6
Los
papiros del Instituto se expenden con un certificado de autenticidad en su
respectivo estuche.
7
El
pairo (Flor del rey) es una hierba
palustre, es decir, que crece a orillas de un río o laguna. Es común en el
Nilo. Los antiguos egipcios la usaban para hacer material de escritura, cestas,
sandalias y hasta barcos. Moisés fue colocado en una cesta de papiro.
8
Los
egipcios trabajaron el papiro desde hace cuatro mil años antes de Cristo.
El
papiro fue el primer soporte de la escritura, seguido del pergamino hasta
llegar a la hoja de papel que conocemos hoy.
9
El
papiro era una planta sagrada. Se asociaba al dios Horus y se le adjudican
propiedades curativas.
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Cuando los
egipcios preparaban papiro como material de escritura, seguían un proceso
bastante sencillo. Escogían la parte gruesa y medulosa de los tallos, que
crecía bajo la superficie del agua, pues esta aportaba la materia prima más
ancha y blanca. Se quitaba la corteza exterior a los corazones medulosos, y
estos se cortaban en trozos convenientes de 40 a 45 cm. de longitud. A
continuación, la médula celular se cortaba en tiras anchas pero muy delgadas, y
se colocaban verticalmente sobre una superficie lisa de modo que se traslapasen
ligeramente.
Se aplicaba
una fina capa de cola y luego se ponía horizontalmente otra capa de tiras de
papiro sobre las verticales. Las capas se batían con mazos hasta convertirlas
en una lámina unificada. Una vez secadas al sol, las hojas se recortaban según
el tamaño deseado. Finalmente, se alisaban y pulían con piedra pómez, conchas o
marfil. Con este proceso se producía un material de escritura de alguna
durabilidad, flexible y casi blanco, disponible en muchos tamaños
y calidades.(Perspicacia para entender Las Escrituras).
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