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EN BARCO
SOBRE EL NILO
En la noche nos buscan para llevarnos hasta un embarcadero, a orillas del Nilo. Vamos a un
viaje en un navío por el río que hizo posible el surgimiento de la primera gran
civilización.
Un obelisco embellecen la entrada del puerto.
El ambiente es
festivo dentro del barco.
Desde nuestra mesa se vislumbra un panorama a través de los cristales de las ventanas.
Las sombras se reflejan sobre las aguas del río. Las
luces de la ciudad forman parte del paisaje fluvial.
La comida está servida al estilo de “mesa sueca”. Las
bebidas alcohólicas hay que solicitarlas aparte. En la carta del menú se ofrece
la cerveza “Sakara”, y por supuesto, María y yo la solicitamos. Será un lujo
probar la cerveza en el país donde se originó la producción de esta bebida. Sin
embargo, el mesonero nos dice que ya está agotada la reserva para esta noche.
Es evidente, que todos los presentes queríamos saborear el refresco preferido
de los constructores de las pirámides en aquellos días de sus trabajos de sol a
sol para alcanzar la eternidad a través de las piedras.
En el centro se organiza una orquesta. Hay música,
cantos, bailes. Tambores y algunos otros instrumentos resuenan en el salón
espacioso y festivo del barco que se mueve lentamente.
Las mujeres bailan moviendo muchos las manos. Diríamos
que más que con los pies, danzan con los gestos de sus extremidades superiores, elevadas sobre sus cabezas. Algún hombre se levanta y baila con una de las
artistas. Discretamente, coloca unas liras sobre sus bolsillos.
Un bailarín da vueltas al compás de una música
cinética, y de solo verlo , nos embriaga el vértigo.
Es espectáculo continúa. El barco va de regreso. Nos
quedamos con el ritmo de la música egipcia, que la ilusión nos hace creer que
son notas antiguas, bajo cuya cadencia bailaron Nefertiti, Cleopatra o Ramsés,
El Grande.
Estamos en la tierra de los maravillosos mitos, por lo
tanto, tenemos licencia para crear nuestras pequeñas ficciones.
Soñar no es malo, malo es no soñar, dicen los rusos.
María y yo le decimos “adiós” al país de las misteriosas pirámides. Nos quedamos con muchos recuerdos gratos y con nuestra gran
pasión por Egipto.
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