CRONISTA OFICIAL DE LAS MERCEDES DEL LLANO.

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LAS MERCEDES

miércoles, 28 de agosto de 2024

EN BARCO SOBRE EL NILO. EDGARDO Y SU HIJA MARÍA EN EGIPTO. 2024.

 

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EN BARCO SOBRE EL NILO


 

 

En la noche nos buscan para llevarnos hasta un  embarcadero, a orillas del Nilo. Vamos a un viaje en un navío por el río que hizo posible el surgimiento de la primera gran civilización.

 


Un obelisco embellecen la entrada del puerto.


 

 

 El ambiente es festivo dentro del barco.

 


 

Desde nuestra mesa se vislumbra un panorama  a través de los cristales de las ventanas.

 


Las sombras se reflejan sobre las aguas del río. Las luces de la ciudad forman parte del paisaje fluvial.


 

La comida está servida al estilo de “mesa sueca”. Las bebidas alcohólicas hay que solicitarlas aparte. En la carta del menú se ofrece la cerveza “Sakara”, y por supuesto, María y yo la solicitamos. Será un lujo probar la cerveza en el país donde se originó la producción de esta bebida. Sin embargo, el mesonero nos dice que ya está agotada la reserva para esta noche. Es evidente, que todos los presentes queríamos saborear el refresco preferido de los constructores de las pirámides en aquellos días de sus trabajos de sol a sol para alcanzar la eternidad a través de las piedras.

 


 

En el centro se organiza una orquesta. Hay música, cantos, bailes. Tambores y algunos otros instrumentos resuenan en el salón espacioso y festivo del barco que se mueve lentamente.

Las mujeres bailan moviendo muchos las manos. Diríamos que más que con los pies, danzan con los gestos de sus extremidades superiores, elevadas  sobre sus cabezas. Algún hombre se levanta y baila con una de las artistas. Discretamente, coloca unas liras sobre sus bolsillos.

Un bailarín da vueltas al compás de una música cinética, y de solo verlo , nos embriaga el vértigo.

Es espectáculo continúa. El barco va de regreso. Nos quedamos con el ritmo de la música egipcia, que la ilusión nos hace creer que son notas antiguas, bajo cuya cadencia bailaron Nefertiti, Cleopatra o Ramsés, El Grande.



Estamos en la tierra de los maravillosos mitos, por lo tanto, tenemos licencia para crear nuestras pequeñas ficciones.

Soñar no es malo, malo es no soñar, dicen los rusos.

María y yo le decimos “adiós” al país de las misteriosas  pirámides.  Nos quedamos con  muchos recuerdos gratos y con nuestra gran pasión por Egipto.

 

 


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