CRONISTA OFICIAL DE LAS MERCEDES DEL LLANO.
sábado, 11 de febrero de 2017
domingo, 5 de febrero de 2017
EZEQUIEL ZAMORA
EZEQUIEL ZAMORA
Edgardo Malaspina
1
El héroe de la Guerra Federal está de moda, y
yo he evocado varias referencias sobre él. La primera vez que escuché el nombre
de Ezequiel Zamora fue en la escuela primaria. La maestra Dalila, allá en Las
Mercedes del Llano, y a quien debo los pocos conocimientos sobre historia patria, tenía un método de
enseñanza que consistía en explicar el tema, al final del cual daba una guía
para repasar la materia vista. Cuando abordamos la biografía de Zamora, la
primera pregunta era: ¿Dónde y cuándo nació Ezequiel Zamora? Inmediatamente debíamos
contestar: Nació en Cúa, el primero de febrero de 1817. Desde entonces esa
frase-respuesta nunca se me olvida.
2
El
poeta Miguel Pérez me mostró el sitio exacto donde mataron a Zamora en
San Carlos en 1860: “Aquí cayó, con un plomazo en el ojo. Guzmán trató
de sostenerlo, de este lado”. Me indicó el irreverente bardo cojedeño.
3
Una vez hicimos una expedición, dirigida por
Adolfo Rodríguez y Noel Lugo, visitando los sitios de las andanzas de Zamora
por el Guárico.
4
En el 2001, siendo rector José Rafael Herrera,
se le rindió un homenaje a Brito Figueroa y a Ezequiel Zamora en la UNERG. En
el Consejo Universitario se develó un cuadro del pintor Régulo Pérez. En esa
obra están Brito Figueroa y su biografiado Ezequiel Zamora. Allí aparecen el
caballo de Zamora, una flor amarilla que
llevaba cuando iba a los encuentros
bélicos, una palmera, un pájaro rojo de los llanos y el sol.
5
En mi casa tengo una copia de un cuadro de
Zamora, pintado por Chávez, y el cual me regaló como agradecimiento a una carta
que le envié cuando estaba preso. Allí hay una leyenda escrita por el propio
Chávez: “Tierras y hombres libres. Elección popular”. Esa pintura me la trajo
mi cuñado Argenis Osorio, quien era amigo de la familia de Chávez.
6
En
mi biblioteca tengo varios libros sobre Zamora: “Ezequiel Zamora. Un capítulo
de la Historia Nacional”, de Federico Brito Figueroa y que compré en el puente de
Las Fuerzas Armadas en Caracas. Uno de la Batalla de Santa Inés que me regaló
Oldman Botello, el autor; y el que me obsequió Adolfo Rodríguez, ganador de
varios premios y publicado por la Academia Nacional de la Historia, y cuya fama
pica y se extiende.
7
Para
hablar de Zamora (así como de cualquier humano), bien podríamos tener como
referencia el poema Verdades amargas: “Que existe la virtud? yo no lo niego,/pero
siempre en conjunto defectuoso,/hay rasgos de virtud en el malvado/y hay rasgos
de maldad en el virtuoso”. Sí, Zamora era esclavista y vendió sus esclavos
cuando José Gregorio Monagas los liberó. El único dios del Olimpo que hemos
tenido es Simón Bolívar. Los demás son semidioses. Bolívar emitió decretos para
liberar a los esclavos y liberó a los propios. Adoraba a la negra Hipólita como
su propia madre y respetaba a Matea. Pero otros héroes de su época como Juan
José Rondón eran esclavistas. Rondón era un negro que tenía esclavos negros. De
manera que Zamora era esclavista porque esa una forma de la propiedad privada
de la época.
8
Sobre
sus actuaciones sexuales debo recordar lo que me dijo una anciana: “De la gente
se habla de la cintura para arriba”.
9
Cuando se inauguró la Universidad Ezequiel
Zamora, Argenis Rodríguez escribió un furibundo artículo donde decía que una
casa de estudios no podía llevar el nombre de un analfabeto que además odiaba a
los que sabían leer y escribir.
10
Pero
hay una virtud que cubre todos sus defectos: Zamora dio su vida por la
federación, es decir, por la descentralización. Pidió autonomía para las
regiones. Solicitaba que el centro no ofuscará a la provincia. En ese sentido
el único zamorano genuino que hemos tenido es Carlos Andrés Pérez que creó una
universidad con su nombre, aprobó un concurso literario para ensalzar su vida,
y finalmente materializó su legado al decretar las elecciones de gobernadores y
alcaldes; lo más parecido a la federación.
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