[Mi delirio sobre el Chimborazo. Tito Salas. 1929]
DEL AQUILES HOMÉRICO A SIMÓN BOLÍVAR
Edgardo Rafael Malaspina Guerra
1
Aquiles, el héroe homérico, el de los pies ligeros, el
personaje fundamental de la Ilíada , era invencible en los combates. Sólo los
dioses pudieron derrotarlo. La Mitología ha inspirado a los hombres tanto como
la Historia. En el arte de la guerra cada gran general ha querido imitar a
Aquiles.
2
Alejandro Magno (356 a de C-323 a de C) se creyó
descendiente de Aquiles y hasta visitó su supuesta tumba en Troya. Alejandro
Magno cargaba y leía un solo libro: La Ilíada porque las hazañas bélicas de la
obra homérica le infundían animo en sus campañas militares.
3
Aníbal (247 a de C- 183 a de C) el general y estadista
cartaginés que se enfrentó a Roma, considerado el padre de la estrategia,
durante la Segunda Guerra Púnica (218 a de C) , uno de los capítulos de sus
enfrentamiento con los romanos, sorprendió a sus adversarios al cruzar los
Alpes, una de las grandes hazañas militares de todos los tiempos. Simón Bolívar
quiso emularlo cuando atravesó los Andes (1819) para liberar a la Nueva Granda. Publio Cornelio Escipión, quien se enfrentaba a
Aníbal, no esperaba que el cartaginés cruzara los Alpes, así como José María
Barreiro (el jefe de los realista) tampoco esperaba que los patriotas se
atrevieran a recorrer el peligroso páramo de Pisba. Aníbal y Publio Cornelio
Escipión, una vez finalizada la guerra, conversaron y reconocieron que
Alejandro Magno era el más grande militar de todos los tiempos. Los grandes comandantes
llegaron a tratarse con mucho respeto: no eran enemigos, eran adversarios.
Igual gesto harán Simón Bolívar y Pablo Morillo cuando se entrevistaron en Sana
Ana en 1820.
4
Julio César (100 a de C-44 a de C) se creía
descendiente del héroe troyano Eneas. Visitó la tumba de Aquiles y lloró al pie
del monumento de Alejandro Magno en Cádiz. Julio César recogió sus experiencias
bélicas en gran parte del territorio que hoy conforma Europa con el nombre de
“La guerra de las Galias”. Las autoridades romanas le prohibieron a Julio César
cruzar el río Rubicón (de las Galias hacia Roma) para evitar la guerra civil.
Julio César desobedeció las órdenes y cruzó el Rubicón (49 a de C) pronunciando
las famosas palabras “Alea jacta est” ( “La suerte está echada) . Su
audacia le valió grandes victorias y la fama imperecedera. En sus campañas
militares el libro preferido de Simón Bolívar era “La guerra de las Galias”.
5
Napoleón Bonaparte (1769-1821) era gran admirador de
Alejandro Magno, y en su campaña en Egipto (1798) pasó una noche dentro de la
Gran Pirámide (Keops) porque así lo había hecho también Alejandro Magno. Según dice
Luis Perú Delacroix en Diario de Bucaramanga, Bolívar era admirador de Napoleón
y leía Memorial de Santa Elena (Las Cases)
donde se narran interesantes
momentos sobre Bonaparte.
6
Alejandro Magno leía la Ilíada. Bolívar leía sobre las
hazañas de Alejandro Magno, las historias de Grecia y Roma, La guerra de las
Galias de Julio César, las memorias de Bonaparte, la Ilíada y la Odisea. Bolívar
es la cúspide de los genios miliares, según la BBC de Londres: Cabalgó 123 mil
km, recorrió 10 veces más que Aníbal, 3 veces más que Napoleón y el doble de
Alejandro Magno.
7
La gesta del Libertador se realizó con la espada, pero
también con la pluma entre la prosa y la poesía; y su historia se inspiró en la
mitología griega. Allí están la Carta de Jamaica (1815) y Mi delirio sobre el
Chimborazo (1822). Aquiles fue el mito, Alejandro Magno fue la historia.