CRONISTA OFICIAL DE LAS MERCEDES DEL LLANO.

CRONISTA OFICIAL DE LAS MERCEDES DEL LLANO.
LAS MERCEDES

lunes, 19 de abril de 2021

VICENTE EMPARAN ES MI NUEVO HÉROE

 


19 de abril de 1810

 VICENTE EMPARAN ES MI NUEVO HÉROE

(Deconstruyendo la Historia de Venezuela)

 

Edgardo Rafael Malaspina Guerra

1

Algunos especialistas chilenos nos dan un ejemplo gráfico de la importancia del estudio de la historia nacional : la destrucción de templos, museos y monumentos en el país de Neruda, en las recientes protestas, se debe al hecho de que se ha descuidado la enseñanza de la Historia, y los jóvenes no saben quiénes son, por ejemplo, esos tipos eternizados en el mármol.

2

Nuestra generación conoció la Historia de Venezuela desde los pupitres de la escuela primaria. Era una historia amena como los cuentos infantiles, en correspondencia con la edad. No era una historia alienante ni patriotera. Incluso puedo decir que era una historia crítica, hasta el punto que en una ocasión cuando, en segundo grado, estudiábamos la Batalla de Las Queseras del Medio, la maestra pidió acercarse a su escritorio para decirnos algo que no podía decir en voz alta. Después que la rodeamos nos explicó : Esto es un secreto. Páez no dijo !¡Vuelvan caras!, en realidad dijo: !Vuelvan carajo!

Mil años más tarde supe que la maestra estaba deconstruyendo nuestra historia, de manera sencilla, sin aspavientos y sin necesidad de recurrir “a la prosa oscurantista y a los asfixiantes análisis literarios o filosóficos de Jacques Derrida", como afirma Vargas Llosa.

3

Antes no lo veía así, pero ahora Vicente Emparan (1747-1820) me parece un hombre muy decente, progresista y democrático, a pesar de provenir, por su ascendencia y labor gubernamental, de una rancia estructura de la realeza imperial española, con toda la carga de autoritarismo que ello implica.

4

Cuando Emparan fue gobernador de Cumaná  (1792 -1804)Humboldt, al presentarle sus credenciales, lo describió como un hombre honorable, interesado por las artes y las ciencias : "​Las muchas atenciones y pruebas de consideración que nos dispensó, durante nuestra larga permanencia en su gobierno, contribuyeron para procurarnos una acogida favorable en todas las partes de la América meridional..."

5

Emparan, según Ildefonso Leal, como gobernador de Cumaná construyó hospitales, escuelas, puentes ; tecnificó la agricultura, embelleció los templos; y en Caracas contribuyó al desarrollo del periodismo al adquirir una nueva imprenta. Fue uno de los gobernantes más cultos "que atesoraba estupendos libros": marino de escuela, aficionado de la botánica. Fundó casi diez pueblos en el Oriente venezolano.

6

Fue Capitán General de Venezuela por breve tiempo (1809-1810), cargo que abandonó en los hechos conocidos por todos como "El 19 de abril".

7

Con el palmarés que hemos citado, Emparan ya tiene su lugar en la Historia, pero es por su talante democrático que se gana nuestra admiración: se le hizo un referendo revocatorio(que él mismo solicitó sin papeleos burocráticos), donde le pidieron la renuncia, "la cual aceptó". A otros por allí le han solicitado referendos revocatorios, constitucionales y consultivos, y se atornillan más en el poder. Se les hacen cabildos abiertos, semiabiertos, cerrados y semicerrados, y nada. Tienen el rechazo, no solo del pueblo de Caracas como lo tuvo Emparan, sino de más del noventa por ciento de los venezolanos, y nada pasa.

8

Emparan no dijo: "Las voces que gritan no quererme están desafinadas", ni tampoco fisgoneó el acta que le destituía para buscar firmas planas.

9

El fundamento de la deconstrucción de la historia es comparar acontecimientos similares en muchos aspectos,  y sacar otras conclusiones. Esto hace que la Historia sea dinámica y que un hecho sea reinterpretado a la luz de nuevas tesis políticas, nuevas ideas y nuevas emociones. Porque lo que ayer sucedió, fue y no fue, y es como el río de Heráclito. La Historia y el pensamiento son dialécticos, porque todo fluye y todo cambia.

10

Cuando toda esta pesadilla pase no perderemos el tiempo en revanchismo contra los destructores del país, porque el odio corroe el alma. La reconstrucción de la República empezará por el rescate axiológico de nuestra Historia:  deberíamos levantarle una estatua a Vicente Emparan: un gobernante que se adelantó a nuestro tiempo y nos enseñó el verdadero sentido democrático y liberador de un referendo. Además de ser el primer político de la nación en cumplir cabalmente con aquello de que la voz del pueblo es la voz de Dios.

11

Si a uno no lo quieren, tanto en el amor como en la política, lo mejor es irse.

12

Definitivamente, Vicente Emparan es mi nuevo héroe.

martes, 13 de abril de 2021

DON QUIJOTE DE LA MANCHA Y LA HISTORIA

 



 

DON QUIJOTE DE LA MANCHA Y LA HISTORIA

 

Edgardo Rafael Malaspina Guerra

 

1

En muchos pasajes de Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes nos da sus opiniones de la Historia por boca de sus héroes. Sancho sueña con pasar a la Historia, a pesar de su humilde oficio.  Don Quijote opina que los historiadores deberían callar sobre ciertos hechos porque las acciones que ni mudan ni alteran la verdad de la Historia no hay para qué escribirlas; además, el biógrafo sabe cosas sorprendentes que el biografiado ignora.  El cura Pedro Pérez le recomienda a don Quijote leer libros verdaderos de Historia y no los falsos de caballerías; y el bachiller Sansón Carrasco explica las diferencias entre un historiador y un poeta.

Don Quijote dice:

“Los historiadores deben ser puntuales, verdaderos y no nada apasionados, y que ni el interés ni el miedo, el rencor ni la afición, no les hagan torcer del camino de la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir”.

2

(Sancho también sueña con pasar a la Historia con su modesto trabajo de escudero)

-Digo, pues, señor -respondió Sancho-, que, de algunos días a esta parte, he considerado cuán poco se gana y granjea de andar buscando estas aventuras que vuestra merced busca por estos desiertos y encrucijadas de caminos, donde, ya que se venzan y acaben las más peligrosas, no hay quien las vea ni sepa; y así, se han de quedar en perpetuo silencio, y en perjuicio de la intención de vuestra merced y de lo que ellas merecen. Y así, me parece que sería mejor, salvo el mejor parecer de vuestra merced, que nos fuésemos a servir a algún emperador, o a otro príncipe grande que tenga alguna guerra, en cuyo servicio vuestra merced muestre el valor de su persona, sus grandes fuerzas y mayor entendimiento; que, visto esto del señor a quien sirviéremos, por fuerza nos ha de remunerar, a cada cual, según sus méritos, y allí no faltará quien ponga en escrito las hazañas de vuestra merced. para perpetua memoria. De las mías no digo nada, pues no han de salir de los límites escuderiles; aunque sé decir que, si se usa en la caballería escribir hazañas de escuderos, que no pienso que se han de quedar las mías entre renglones.

3

Don Quijote cree que el historiador o biógrafo averigua verdades que el biografiado ignora:

“… Y podría ser que el sabio que escribiese mi historia deslindase de tal manera mi parentela y descendencia, que me hallase quinto o sexto nieto de rey. Porque te hago saber, Sancho, que hay dos maneras de linajes en el mundo: unos que traen y derriban su descendencia de príncipes y monarcas, a quien poco a poco el tiempo ha deshecho, y han acabado en punta, como pirámide puesta al revés; otros tuvieron principio de gente baja, y van subiendo de grado en grado, hasta llegar a ser grandes señores. De manera que está la diferencia en que unos fueron, que ya no son, y otros son, que ya no fueron; y podría ser yo déstos que, después de averiguado, hubiese sido mi principio grande y famoso, con lo cual se debía de contentar el rey, mi suegro, que hubiere de ser.

4

El cura Pedro Pérez le recomienda don Quijote leer libros de historias verdaderas en vez de los falsos de caballerías.

Ea, señor don Quijote, duélase de sí mismo, y redúzcase al gremio de la discreción, y sepa usar de la mucha que el cielo fue servido de darle, empleando el felicísimo talento de su ingenio en otra lectura que redunde en aprovechamiento de su conciencia y en aumento de su honra! Y si todavía, llevado de su natural inclinación, quisiere leer libros de hazañas y de caballerías, lea en la Sacra Escritura el de los Jueces; que allí hallará verdades grandiosas y hechos tan verdaderos como valientes. Un Viriato tuvo Lusitania; un César, Roma; un Aníbal, Cartago; un Alejandro, Grecia; un conde Fernán González, Castilla; un Cid, Valencia; un Gonzalo Fernández, Andalucía; un Diego García de Paredes, Extremadura; un Garci Pérez de Vargas, Jerez; un Garcilaso, Toledo; un don Manuel de León, Sevilla, cuya lección de sus valerosos hechos puede entretener, enseñar, deleitar y admirar a los más altos ingenios que los leyeren. Ésta sí será lectura digna del buen entendimiento de vuestra merced, señor don Quijote mío, de la cual saldrá erudito en la historia, enamorado de la virtud, enseñado en la bondad, mejorado en las costumbres, valiente sin temeridad, osado sin

5

(Plática con el bachiller Sansón Carrasco sobre la Historia.  Hechos sobre los cuales la Historia debería callar. Diferencias entre el historiador y el poeta)

–A lo que yo imagino –dijo don Quijote–, no hay historia humana en el mundo que no tenga sus altibajos, especialmente las que tratan de caballerías, las cuales nunca pueden estar llenas de prósperos sucesos.

–Con todo eso –respondió el bachiller–, dicen algunos que han leído la historia que se holgaran se les hubiera olvidado a los autores della algunos de los infinitos palos que en diferentes encuentros dieron al señor don Quijote.

–Ahí entra la verdad de la historia –dijo Sancho.

–También pudieran callarlos por equidad –dijo don Quijote–, pues las acciones que ni mudan ni alteran la verdad de la historia no hay para qué escribirlas, si han de redundar en menosprecio del señor de la historia. A fe que no fue tan piadoso Eneas como Virgilio le pinta, ni tan prudente Ulises como le describe Homero.

–Así es –replicó Sansón–, pero uno es escribir como poeta y otro como historiador: el poeta puede contar, o cantar las cosas, no como fueron, sino como debían ser; y el historiador las ha de escribir, no como debían ser, sino como fueron, sin añadir ni quitar a la verdad cosa alguna.