DÍA
DE CRONISTA VENEZOLANO EN HONOR A ENRIQUE BERNARDO NÚÑEZ Y A SU NOVELA “CUBAGUA”.
Edgardo
Rafael Malaspina Guerra
1
Todos
los 20 de mayo se celebra en nuestro país el Día del Cronista, en honor al
Enrique Bernardo Núñez, el primer cronista de Caracas . Su novela
“Cubagua” es un ejercicio magistral de reconstrucción histórica de la
primera ciudad española en América del Sur, Nueva Cádiz: allí donde faltan los
datos precisos aparece la literatura para llenar esos vacíos con imaginación y
suposiciones válidas.
2
No
se puede entender esta región (Nueva Esparta) sin hacer una lectura de la
novela, en la que confluyen personajes de distintas épocas y para quienes el
tiempo carece de barreras. Allí están Ramón Leiziaga y sus investigaciones en
la zona de perlas en Cubagua; Nila , hija del cacique Rimaría; y Fray Dionisio,
misionero del siglo XVI. Ellos, junto a Diego de Ordaz , representan el pasado
transformado a través de un recurso literario en gente del presente. La obra
anuncia la revolución literaria latinoamericana que más tarde se impuso con el
Realismo Mágico y lo Real Maravilloso. En el ella buscamos la verdad de nuestra
historia, el misterio de nuestro pasado: fray Dionisio hurga en viejos papeles
y Leiziaga en sus proyectos mineros.
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Cubagua
está escrita en una prosa muy poética: “En Paraguachi, a la hora de vísperas,
en la puerta del templo, se veía a un franciscano, hombre alto, cojo de edad
indefinible. Era el párroco fray Dionisio de la Soledad, que seguía con la
mirada la puesta del sol y las rojas flores de cedro desprendidas por el
viento”
Otros
ejemplos: “Pero con el sol los recuerdos desaparecen. El mundo es hermoso y
sólo ella existe. Venus asciende hasta la luna. Tendido en la arena, Leiziaga
se olvida del petróleo, de los tesoros sepultados en Cubagua, de su misma vida
anterior, y observa el jeroglífo que los cardones van trazando. El mar acumula
en la orilla su nieve efímera, sus flores, sus algas”.
“El
mar es de un verde diáfano. Las playas lejanas brillan como guijarros. La luz
blonda, vigor de la espátula en torno de las rocas, alza sus velos argentados,
sus sinfonías de llamas sobre islas y farallones”
“Los
pies se hunden en el río de nácar. Rocío de mundos”
4
Nueva
Cádiz es descrita así: “ Las casas eran altas, macizas como fuertes. En las
calles estallaba el tumulto de lonjas improvisadas”. “Nueva Cádiz fue sacudida
por tormentas y terremotos, atacada por los piratas y los caribes. Cuando cesó
el tráfico de esclavos los vecinos huyeron. No había ya quien llevase agua ni
leña. La ciudad quedó abandonada y el mar sepultó sus escombros”.
“Brillaban
las calles esmaltadas de nácar. La noche anterior cayó una lluvia límpida sobre
Cubagua. El mar tiembla, se estremece con alegría infinita”.
5
La
novela arroja luces sobre la medicina de aquellos tiempos.
Uno
de los personajes de la novela es el doctor Gregorio Almozas, quien se
anunciaba en un consultorio en La Asunción como “Médico, Cirujano y Partero”.
Una vez , le indagaron con sorpresa acerca de un fórceps oxidado(pinza para
extraer el feto) que cargaba en un estuche de madera. Él contesto que lo usaba,
asimismo, sin limpiarlo. Además, agregó que lo acababa de emplear en un parto
muy laborioso de gemelos.
Enrique
Bernardo Núñez describe casos de tracoma en niños de Margarita. En alguna parte
se habla de un hombre que inoculó a su esposa el bacilo de Hansen (responsable
de la lepra), y a quien luego recluyen en un lazareto con “sus bellas manos
mutiladas”.
Desde
España solicitaban betún(petróleo) proveniente de Cubagua para uso
medicinal.Cuciú (luciérnaga) , una mujer india legendaria tenía una farmacia
para curar las bubas de los conquistadores con guayacán (árbol emblemático de
Margarita) y aceite de drago. Vendía también betún. Curaba la ceguera y el
cáncer: “Los murciélagos y serpientes del Hypayari, las flechas envenenadas,
cuando no mataban, abrían la carne para una horrible agonía. Morían rabiosos,
entre convulsiones. Aplicaba a sus heridas un hierro encendido y ellos se
prestaban dóciles al suplicio con la esperanza de vivir...”.
El
dios Amalivaca enseñó a los indios el arte de curar .En Cubagua había muchas
arañas y sus picaduras provocaban “vivos dolores”. El doctor Tiberio Mendoza
sufría ataques de asma.
La
infección de los ojos, la conjuntivitis granulosa, mal terrible de la vista es
descrita líricamente:
“Mujeres
ciegas por el tracoma concentran su mirada en el mar. Tejen cestas y esteras.
Tejen febrilmente. En el aire embalsamado las visiones nocturnas salen al paso
y luego, como toda imagen salida de nosotros mismos, se aleja y desenvuelve su
propia vida, la buscaba en la orilla donde las conchas se abren como flores y
los veleros descansan de las travesías largas y temerarias”
La
novela complementa lo que la historia desconoce sobre Cubagua. Ella se inserta
bellamente en los pocos vestigios que el Museo Nueva Cádiz conserva sobre la
Isla de las perlas.
Fuente: https://drive.google.com/file/d/1FyMqfJ4S3770VogP71HjpLG3mjKJE1q7/view